No he tenido casi tiempo, pero no he olvidado esto.
Apenas Francisco cumplió 5 meses, tocó llevarlo al hospital. Nada del otro mundo, le pasó lo que le pasa a muchos bebés: no podía hacer pupú.
Pasó un día completo sin poder y cuando llegó la tarde lloraba y pujaba, le era imposible así que lo llevamos al hospital del niño. Solución: esperar, darle frutas como papaya y pera, cebada y avena a sus 5 meses que aún no estaba destinado a ello. Cuando regresamos a casa a eso de la 1 de la madrugada, él lloraba mucho y se quejaba y retorcía. Es una de las experiencias más feas ver a mi bebé sufriendo y no poder hacer nada. Lo estimulaba y nada. Decidimos comprarle el supositorio que el médico nos había dicho que dejáramos como última opción pues Francisco se podía acostumbrar a ello. A eso de las 3am le pusimos el mágico supositorio y listo, hizo pupú. Qué alivio sentimos todos en casa: mi mamá, mi esposo y yo. Oh! mágico supositorio. Y no, no paso nada, al día siguiente hizo pupú como de costumbre. Eso sí, luego de una tanda de jugo de papaya.
En este mes también iniciaron las molestias por los dientes. Le entraban unos arrebatos muy fuertes y empezó a utilizar las rueditas rellenas de gel que uno pone a enfriar.
A los 5 meses por segunda vez lo llevamos al hospital del Niño, ésta vez porque le dió resfriado y tosía con fuerza, nos asustamos bastante, creo que somos padres asustadizos. La cosa es que el pediatra solo dijo que él tosía así porque era la primera vez que eso le sucedía y aún no sabía toser, que cuando lo hacía lo animáramos con palmaditas en la espalda y que le siguiéramos dando lo que, de hecho, ya le habíamos dado: colirín. !Magnífica pérdida de tiempo! pensé. Pero bueno, soy de las que prefiere ir al médico que quedarme ahí adivinando...
Cuando Francisco mejoró del todo decidimos llevarlo de paseo en su mochila de hiking, fuimos al Mariposario Metropolitano y fue hermoso. Mi hijo no tiene idea las ganas que tengo de internarlo en mi mundo.
También fue un mes difícil en cuanto a salud para mi, primera vez en mi vida que me tienen que agarrar porque no podía con mi existencia, me iba en vomito y diarrea.
Definitivo, fue un mes duro pero Francisco con su sonrisa siempre me llena de luz y cualquier cosa puede ser arreglada con eso, es magia!
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