Desahogo

En este blog me desahogo...

lunes, 7 de marzo de 2016

Luego de haber leído Madame Bovary de Gustave Flaubert.


La verdad es que me llaman la atención los libros que en su momento, fueron prohibidos.

Ésta novela fue publicada en 1857, o sea que ya va para 160 años; es una crítica contundente de la sociedad burguesa francesa del siglo XIX, posterior a la revolución y al gobierno absolutista de Napoleón. 

En 1857 Gustave Flaubert fue procesado por ofensa a la moral y tras ser absuelto la novela fue publicada con gran éxito. En 1864 tuvo el “honor” de ser incluída en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum (Índice de libros prohibidos), un catálogo de libros perniciosos para los creyentes creado en 1559 por la Inquisición y suspendido en 1966.

La obra está estructurada en tres partes, de nueve, quince y once capítulos.

Madame Bovary Te golpea con la realidad a través de las ilusiones. La novela es una obra de arte por sí sola. Esta esculpida palabra por palabra maravillosamente, cada frase parece poesía, cada descripción te deja sin palabras.

Argumento:

Charles Bovary, modesto médico de pueblo, se ha casado con Emma, hija de un agricultor acomodado, educada como una señorita de convento, con la cabeza llena de lecturas y sueños románticos. Ella, cree en el amor de telenovela, y casi nada la emociona. El enamorado marido y la sencillez de su vida no satisfacen a su mujer, a quien no llena ni siquiera el nacimiento de su hija Berta. Un pasante de notario, León, despierta su interés; al principio, ella se resiste, pero al marcharse del pueblo le deja cierta inquietud. Esta última circunstancia es aprovechada por un seductor de provincias, Rodolphe, quien  la conquistó fácilmente. Con él se inicia en el amor tan ansiado, haciéndole creer que se ha realizado su sueño. Piensa en escaparse con su amante, pero este, asustado, la abandona en el último momento. Emma cae en una enfermedad nerviosa hasta el borde de la muerte; una vez repuesta pasa por una crisis de misticismo. Volverá a encontrarse con León (ahora más atrevido), y se entregará a él de forma ruinosa. Esta aventura será sensual en extremo, pero fundamentada en continuas mentiras. Abocada en el lujo, va endeudándose cada vez más a espaldas de su marido, por los préstamos de un usurero sin escrúpulos. Desesperada, acude a León y a Rodolphe, para finalmente precipitarse en el suicidio con la ingesta de arsénico. Enterado Charles de sus desmanes, la perdona, ya que la ama a pesar de todo. Charles fallece al año. La hija queda huérfana, y es acogida por una tía para ser empleada como hilandera: “Como la tía es pobre, la manda, para que se gane la vida, a trabajar en una hilatura de algodón”, lo que supone un terrible castigo por los pecados de la madre.

Opinión:

Disfruté cada hoja, cada letra de esta novela. Las descripciones de las grandes fiestas, las grandes cantidades exageradas de comida, del tiempo en que los burgueses vomitaban para poder seguir comiendo. La educación que recibió Emma, era la clásica para ser una mujer de hogar que pudiese conversar con su marido y entretenerlo en todo sentido, pero ella, creía en el amor verdadero, ese que se siente en el pecho fuertemente, el de las mariposas en el estómago. Al casarse con Charles, no siente nada. Cree que está haciendo una inversión, casándose con él, al menos iría a vivir a la ciudad y dejaría "por fin" el campo.

Tuve una relación Amor- Odio con Emma, esta mujercita insoportable que no se conforma con nada a pesar de tenerlo TODO en el siglo XIX. Un marido bueno, una hija lindísima, una casa preciosa y demás lujo.

Charles es un buen hombre, pero demasiado ingenuo, se deja llevar por todas las sandeces que le hace creer Emma, que siendo en un principio una buena mujer, sus ansias de aventura, de una vida holgada pero libre y en su búsqueda de la sensualidad, por no decir de buen sexo, inicia una doble vida con diferentes hombres, engañando de ésta manera al médico una y otra vez.

El siglo XIX de Francia de la Revolución, fue un tiempo en que las mujeres no tenían derecho a ser independientes. Podían estudiar, tocar algún instrumento, aprender a coser, a cocinar exquisitamente, pero hasta ahí y Emma tenía grandes ideas de sobresalir y ser famosa. Le chocaba que su marido fuese tan sencillo y que llevaran una vida tan simple. Él llegó a comprarle grandes cosas, demasiado caras para su sueldo con tal de complacerla. Uno de los anhelos más grandes de Emma, fue que Charles se convirtiese en un hombre de gran fama, y así lógicamente, serlo ella también.

Emma no fue más que una fría, desalmada, infiel y ambiciosa mujer, que murió por su propia cabeza, ya que no pudo con la presión de llevar una doble vida, en la que finalmente y ante la sociedad, que tan importante era en esos tiempos, resultó no ser más que una puta.


Flaubert sentía un desprecio muy grande por la sociedad de su época, fue el Miller de Francia en el siglo XIX, y lo comprendo muy bien. Fue una época en la que había hambre en cada esquina, mientras los burgueses paseaban en carrozas, vestidos con telas increíbles y comían tales extravaganzas; creo que en su rabia, mantuvo la cordura de poder describir a la perfección estas correrías de derroche, que daban asco y pena. De hecho escribió un tipo de lenguaje para cada estrato social en la novela. Hay grandes diferencias en el vocabulario empleado por la gente del pueblo y el lenguaje de la burguesía.

Me mantuve reincidente una y otra vez, leyendo el libro en cada momento libre, por mínimo que fuese, en vilo hasta terminarlo. Por lo cual, estuvo buenísimo. Gracias a Emma, que me mantuvo al pendiente de que la descubriesen en cualquier momento, mi anhelo siempre fue ese. Otro, fue la nula felicidad de Charles y su dolorosa decepción.

Pobre Emma, pensó que el amor era como en las novelas. No Emma, son solo inspiración, el amor es mucho más que eso, pero la realidad es lo más hermoso de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario