Desahogo

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viernes, 11 de marzo de 2016

Moby Dick de Herman Melville

Esta novela en particular tiene un significado muy importante para mi, ya que cuando iba a cumplir 11 años de edad, mi mamá me dijo con días de anterioridad, que tenía un impresionante regalo de cumpleaños.

Como era yo una niña, pensé que sería algo electrónico o algún juguete que estuviese de moda, así que esperé el día de mi cumpleaños con impaciencia notable.
El día esperado llegó y mi madre espero casi todo el día para darme el dichoso regalo. Cuando lo abrí, era este libro: Moby Dick.

En ese momento, me llené de congoja pues me había imaginado tantas cosas y jamás pasó por mi cabeza la idea de un libro. Hasta el día de hoy, agradezco a mi madre por ese gran regalo, que solo fue el inicio de una de mis más grandes obsesiones: la lectura.

La primera vez que leí el libro, por mi corta edad, no entendí casi nada y me sentí muy frustrada por el lenguaje tan complicado, referente a marinos y a barcos balleneros. Lo terminé de leer y decidí re leerlo. Terminé agarrando un cuaderno y escribiendo en él todos los conceptos que no entendí, ubicando al lado el significado. Cuando concluí, entendí absolutamente todo y quedé tan prendada de él, que lo leí una tercera vez.

Fue con él, que descubrí que en mi casa, había libros por todas partes, y por un buen periodo de mi niñez-adolescencia, escogí leer en vez de ver televisión, hasta que terminé de leer casi todos los libros que estaban en casa y entonces, empecé a comprar.

Argumento:
El narrador Ishmael, un joven con experiencia en la marina mercante, decide que su siguiente viaje será en un ballenero. De igual forma se convence de que su travesía debe comenzar en Nantucket, Massachussets, isla prestigiosa por su industria ballenera. Antes de alcanzar su destino, o el origen de su aventura, entabla una estrecha amistad con el experimentado arponero polinesio Queequeg, con quien acuerda compartir la empresa.

Ambos se enrolan en el ballenero Pequod, con una tripulación conformada por las más diversas nacionalidades y razas; precisamente sus arponeros son el caníbal Queequeg, el piel roja Tashtego y el «negro salvaje» Daggoo. El Pequod es dirigido por el misterioso y autoritario capitán Ahab, un viejo lobo de mar con una pierna construida con la mandíbula de un cachalote. Ahab revelará a su tripulación que el objetivo primordial del viaje, más allá de la caza de ballenas en general, es la persecución tenaz a Moby Dick, enorme Leviatán que lo privó de su pierna y que había ganado fama de causar estragos a todos y cada uno de los balleneros que, osada o imprudentemente, habían intentado darle caza.

La obra sobrepasa en mucho la aventura y se convierte en una alegoría sobre el mal incomprensible representado por la ballena, un monstruo de las profundidades, que ataca y destruye lo que se pone en su camino, así como el capitán Ahab, que representa la maldad absurda y obstinada, que sostiene una venganza personal y arrastra a la muerte inútil a muchos inocentes. 

Opinión:
"Llamadme Ismael..." es uno de los comienzos literarios más famosos de la historia junto con "En un lugar de la mancha..." y así empieza este libro inmortal que un buen día Melville vino a escribir y a legarnos para la posteridad a bordo del Pequod.

El cachalote asesino es un personaje mítico de la literatura que nos va a hacer suponer entrar en un mundo ya gastado de aventuras insondables en un mundo aún indómito y por conquistar. Tiene este libro el aire de exploradores de Polo Norte, de viajeros en dirigible , con tintes de epopeya homéricas.

Nos adentramos en el mundo de los balleneros de arpón en mano y aceite de ballena en los candiles. Una época en la que las ballenas eran super necesarias por su aceite dedicado a combustible para iluminación, la carne para la alimentación etc. 

Ricos hombres de negocios que fletaban las naves y pobres jornaleros del mar que aceptaban internarse durante viajes de 2 años sin saber si regresarán o no. Tiempos sin GPS ni radios, solo las cartas y las estrellas, la soledad del mar.

Ahab es un personaje deformado por habladurías por la cual no sabemos que de cierto y que de falso puede haber. Todo lo que sabía Ismael eran dimes y diretes de Ahab, nada que él hubiese visto por si mismo, hasta el suceso.

Encerrado en su camarote, el mando del barco lo lleva su segundo oficial. Con pierna de hueso y carácter agriado, vamos conociendo a un Ahab y su oscuro secreto y propósito. El Pequod va comandado por un trozo de hombre resultado de la mutilación de otro más entero y sensato con el único fin de dar caza a una ballena. Obviamente los mecenas que aprovisionan el barco y la tripulación piensan que es otro viaje rutinario más a la caza de ballenas, pero Ahab solo quiere cazar una.

Ismael realmente apenas participa en la acción, quizá algo más al principio al contar en primera persona cómo encuentra pasaje en el barco y conoce a otro de los integrantes de la tripulación, el salvaje Queequeg, mi personaje favorito, pues es un polinesio con tatuajes maori en su cuerpo y rostro.

Starbuck es el primer oficial del barco, un personaje que nos cae bien porque es la antítesis de Ahab; sensato, que pide ir a cazar ballenas para llenar las bodegas del barco de aceite y carnes y ganar dinero, que intenta llevar el barco con cabeza; aunque realmente todo el libro estuve a la expectativa de la acción.

Todos sabemos cómo termina esta historia, pero a mi me terminó gustado luego de haberla leído tanto ya. Aprendí muchísimos conceptos y hasta tuve una larga clase de biología marina, pues la obsesión de Ahab era tanta que conocía toda la fisionomía y comportamiento de este animal.

Pero el teletransporte que supone volar a otra época y a un mundo muy bien descrito y montado, y sufrir junto a un personaje autodestructivo y huir de una ballena loca y vengativa, siempre me ha resultado divertida, además de ser la pluma de Melville, uno de los mejores exponentes de la literatura estadounidense de todos los tiempos.

A mi parecer no es un libro que deberían mandar a leer a los chicos en la secundaria pues dudo que valoren un texto del siglo XIX, lleno de alegorías a temas tan amplios como obsesión, política, biología y racismo con personajes procedentes de todas partes del mundo, un mundo en un barco.

Además de haber estado basada en las experiencias personales de Melville como marinero, Moby Dick está inspirada en dos casos reales (Wiki)

  • La epopeya que padeció el ballenero Essex, de Nantucket, Massachusetts, cuando fue atacado por un cachalote en 1820. 
    Tras ser hundidos por el cetáceo, los tripulantes vagaron por el océano Pacífico hasta la isla Henderson. 91 días después, fueron rescatados y desembarcados en Valparaíso (Chile). George Pollard Jr. y Owen Chase, dos de los ocho supervivientes, relataron el suceso.


  • El caso de un cachalote albino que merodeaba la isla Mocha (Chile) en 1839, al que a nivel global llamaban «Mocha Dick» en el siglo XIX.
    El relato de este caso fue publicado en 1839 por la revista neoyorquina Knickerbocker. Escrito por un oficial de la armada estadounidense, narra el enfrentamiento real de balleneros con un cetáceo albino conocido como Mocha Dick cerca de la isla Mocha, en Tirúa (Chile). Como Moby Dick, el cachalote albino escapó incontables veces de sus cazadores durante más de cuarenta años, por lo que llevaba varios arpones incrustados en su espalda. Los balleneros contaban que atacaba furiosamente dando resoplidos que formaban una nube a su alrededor; embestía los barcos perforándolos y volcándolos, matando a los marineros que se atrevían a enfrentarlo. Según el narrador del artículo publicado en la revista, para lograr matar a Mocha Dick se requirió la unión de distintos barcos balleneros de distintas nacionalidades.

Cabe destacar que en Chile, en la cultura indígena mapuche, existe el mito del Trempulcahue, cuatro ballenas que llevan las almas de los mapuches muertos hasta la isla Mocha para embarcarse en su viaje final. En la costa de Chile en 2005, se filmó a varios de estos cachalotes albinos.

Recomendada si les gusta la literatura clásica.


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